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La desconocida Escuela de Arquitectura de Alcalá.
La desconocida Escuela de Arquitectura de Alcalá. Alcalá desde casa.
El fotógrafo alcalaíno Rubén Gámez nos traslada con sus fotos a los
rincones más bellos de Alcalá de Henares para, al menos, disfrutarlos
desde casa estos días de confinamiento.
ESCUELA DE ARQUITECTURA DE LA UNIVERSIDAD. ANTIGUO COLEGIO y CONVENTO
Y de pronto una paloma decide cruzarse frente al objetivo. Parece
querer posarse en el dintel de la escuela de arquitectura. Siempre que
se da una de estas casualidades fotográficas pienso “hace muchos siglos
alguien lo habría interpretado como una señal Divina”. El caso es que la
paloma era la analogía predilecta del Espíritu Santo para Santa Teresa
de Jesús en sus versos y, en el siglo XVI hubo quién sí vio en este
edificio una señal…
Fray Francisco Espinel había fundado aquí un convento del Carmen Calzado y posteriormente un colegio
para que allí pudieran estudiar los futuros miembros de la orden
carmelitana. Pero prácticamente un año después se produce una escisión
en la orden: por un lado, los calzados u observantes de la vieja norma, y
por otro los reformistas, los carmelitas descalzos. Fray Francisco no
fue ajeno a ello y abrazó la nueva orden. Cambió su nombre al de fray
Francisco de la Concepción y atendió la solicitud de la mismísima Santa
Teresa de Jesús de fundar el que sería el primer colegio del Carmen
Descalzo en Alcalá de Henares.
Por supuesto aceptó, máxime cuando incluso los príncipes de Éboli
apoyaban la fundación. Y como lo reformador no quita lo pragmático
decidió ubicarlo en un primer momento en el edificio que también acogió
temporalmente los primeros pasos de los calzados en Alcalá, en la actual
calle Colegios. Porque como decimos, los carmelitas fieles a la vieja
norma se había mudado aquí, a la calle Santa Úrsula.
Y resulta curioso hoy porque donde oraron quiénes no quisieron seguir
la nueva orden, allí donde se mudaron quiénes no se sumaron a los
arquitectos de la nueva norma, aquel edificio sufrió tantas
transformaciones como avatares históricos, tantas reformas como las que
hoy puedan diseñar sus actuales moradores: los estudiantes de arquitectura.
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